Meknes, Rabat y Casablanca
27/09/08
Tras comprar las fotos del día anterior a 20 dirhams cada una nos vamos a Meknes. Es curioso que los taxis en Marrakech son crema, en Fez rojos y en Meknes azules. Vemos la medina y la muralla. Entramos en la plaza de la medina y nos dejan una hora de tiempo libre. Nuevamente nos echamos un guía que nos enseña la madraza Bou Imania. Iratxe se compra un puf de cuero que se le antoja. Hay que regatear duro.
Ahora iremos a Rabat a comer. Las cuatro ciudades imperiales son Rabat, Meknes, Casablanca y Marrakech. En la entrada de Rabat vemos el bosque más grande de la zona con 130.000 hectáreas. Se dedican a la exportación de corcho. Rabat está dividida por un río. Vemos un Banco que se asemeja al Banco de España. Vemos a las afueras el palacio del rey que no está permitido fotografiar y está custodiado por varios hombres de la guardia real.
Conocemos a Abdul que nos llevará a la mezquita privada del rey y la visitaremos por fuera, veremos el barrio ministerial, el Ministerio del interior, el barrio de las embajadas, la plaza de Abrchan Lineon. Veremos también el mausoleo de Mohamed V y nos haremos fotos con los soldados a caballo. Vemos un jardín andaluz, el café Moure con vistas al mar y las casas azules. Comeremos en restaurante Borjeddar en plan ensalada, pescado, rabas y fruta. Vamos al autobús y nos encontramos a Abdul rezando en una alfombra.
Tras un rato llegamos a Casablanca. Nos hacen una visita panorámica viendo el puerto, la medina.. Salimos a través de un basurero a la Mezquita de Hassan II. Es de noche, damos una larga caminata y llegamos al hotel Dirwan. Cenamos copiosamente, lasaña de patatas, pollo, espaguettis y pastel de limón. El restaurante es muy chulo.
28/09/08
Nos vamos a ver la mezquita Hassan II por dentro, cuesta 120 dirham la entrada pero merece la pena verla. Veremos el bazar y aprovechamos para hacer las últimas compras. Compramos zapatillas, babuchas, pulseras etc.. Con las mismas nos vamos al hotel a por las maletas y regresaremos.
El viaje ha sido genial, cansado pero enriquecedor. Nos traemos un concepto muy amable de la gente marroquí. Es un país de contraste. A Iratxe le ha gustado mucho Fez y yo me quedo con el desierto. Hemos vivido aventuras por esas callejuelas de las medinas y ha sido verdaderamente emocionante. Un país encantador y muy recomendable!