Qué ver en Nara
13/05/2013
Tras ver Osaka nos dirigimos a Nara que fue la primera capital permanente de Japón y por ello la abundancia de sus tesoros históricos. Está considerada cuna de la civilización japonesa pertenece a la región de Kansai. Sus atractivos turísticos son el parque de Nara o de los ciervos, el templo Todai ji que alberga el Buda de mayor tamaño del país (15 metros y pesa 500 toneladas) y cuenta la leyenda que junto a este buda hay una columna que si la traspasas serás bendecido en tu próxima vida. También hay otros templos famosos como Kofuku-ji, el santuario Kasuga o el templo Toshodaiji.
Tras levantarnos y desayunar los bollos y batidos de ayer nos vamos a Nara. Hacemos el check-out y la noche nos sale 7000 yenes. La habitación no está mal, tiene los baños de plástico como los aviones y no le faltan la multitud de botones. En el hotel te dejan la típica «yukata«, es un pijama japonés. Salimos con las maletas y nos vamos a Namba Center donde está Takeyishaya. Vamos a la parada de Tenoji y tras tres paradas encarrilamos con la JR. Sacamos dos tickets a Nara por 450 yenes cada uno. Sale a las 10.15, el cartel de nuestro anden (16) nos indica que paran muchos trenes. Esperemos coger el correcto. Preguntamos para asegurarnos a unos ancianos que llevan una especie de móvil traductor. Son bastante mayores pero es alucinante cómo se mueven con las tecnologías. Viene nuestro tren y amablemente se despiden. Los asientos son cómodos. Enfrente nuestro van una madre y su hija que nos sonríen. Nos ofrecen de una bolsa de aperitivos que abren y declinamos la oferta amablemente. En 61 minutos hemos llegado a la estación de Nara. En la oficina de turismo nos dan varios mapas. Nos explican muy bien pero nos confundimos y vamos para el lado contrario. Hace mucho calor y las maletas empiezan a pesar. Nos damos cuenta que algo no va bien y por suerte retrocedemos. Finalmente encontramos nuestro alojamiento. Es una Guesthouse llamada Nara Komachi. Alquilan bicis y está a 5 minutos de la estación Jr. C/ Surugamachi 41-2. La habitación cuesta 5900 yenes y el chek in es a las 15.00, te dejan yukata por 100 yenes y toalla por 50. Es un sitio acogedor y nos descalzamos en la entrada. Cogemos lo necesario y bajamos por la calle Sanjodori dispuestas a hacer el recorrido. Compramos una Cocacola, un Acuarius, unos gusanitos y otro aperitivo picante por 400 yenes. Es curioso porque la Cocacola en este país tiene mucho gas y parece explota al abrirla.
En nuestro recorrido entramos a una tienda donde tienen papeles quitabrillos de cara. Toda la tienda es de eso. Muy original. Las chicas cada dos por tres sacan de sus bolsos y se retocan. Nos dan una muestra gratuita.. En la oficina de turismo la mujer nos ha marcado los puntos más importantes, uno de ellos el templo Horyuji que está a una hora de tren. Lo valoraremos pero de momento iremos a ver los templos : Kofuku-ji, Todaiji (considerado centro del budismo) y Kasuga-Taisha. También el parque y lago con tortugas. Este último se llama Sarusawa-ike y está justo al lado del templo Kofukuji y de la pagoda de cinco pisos. Hay muchos ciervos por los alrededores.
Hacemos fotos de una puerta llamada Ichino-tori, la primera tori roja que da la entrada al parque. Hay millones de niños que nos preguntan para practicar su inglés. Nos asaltan como los ciervos cuando les das comida. Nos preguntan de dónde somos y lo marcamos en un mapa. También les hacen que pongamos el nombre en una hoja. Todos los estudiantes van uniformados con su gorrita para el sol. Llegamos a un paseo donde vemos las primeras linternas.
Son farolas pequeñas de piedra típicas del Japón más ancestral. Les ponían velas dentro para iluminar el camino. Llegamos al parque botánico de Kasuga pero hay que pagar y seguimos hasta el templo. Tras andar un rato vemos a chicas ataviadas con faldones y flores en la cabeza, son monjas. Te leen la mano si deseas. La entrada al templo es de 500 yenes. Como ya vemos la panorámica no pagamos.
Ahora iremos a Todaiji. Llegamos tras un rato andando y vemos que es grandísimo. Hay casitas alrededor con souvenirs de ciervo, de Kitty etc.. Hasta galletas para los ciervos. La puerta del templo la custodian dos guardianes Nio, dos tallas de madera preciosas! Visitamos el recinto. Hay ricksaws ( transportes humanos) que los portan chicos fibrosos. Entramos a ver el Daibutsu (gran Buda), es muy chulo. También vemos una maqueta del lugar tallada en madera.
Con la calorina bajamos de nuevo al lago y vemos una pagoda chiquitina muy mona. Vamos a la galería Higashi-muki y buscamos un restaurante para comer. Es gracioso porque los restaurantes anuncian sus platos con platos de plástico en sus escaparates. Decidimos tras ver varias exposiciones entrar a un italiano llamado Piano trattoria y por 980 comemos dos platos de pasta con agua gratis. Muy bueno. Estamos deshidratadas y le hacemos nos sirva hasta tres vasos de agua. Tienen que flipar! Al pagar te ponen la mano debajo de la tuya a modo de cortesía, me hace mucha gracia.
Vamos ahora al hotel a descansar un rato y vamos al jardín llamado Yoshikien. Ya ha oscurecido y nos volvemos porque ya no vamos a ver nada. Ahora vamos al templo Gangoji y está cerrado. Se ve tras la verja. Paseamos por la zona de Namarachi pero están las cosas cerradas. Nos perdemos entre las casitas bonitas y volvemos al lago. Bajamos por los puestos de chupinadas para los niños y en una tienda nos compramos unos curasanes buenísimos. Creemos que son tan suaves por la harina. También compramos dos batidos de medio litro (470 yenes).
Volvemos a la Guesthouse y de camino compramos dos naranjas por 170 yenes. La fruta es bastante cara. Cenamos de sandwich, vemos la tele y a dormir. La habitación es bastante nueva. Satisfechas porque los templos vistos hoy son Patrimonio de la Unesco y merece la pena visitarlos.