Qué ver en Nápoles
14/07/19
En dos horas llegamos de Barcelona a Nápoles. Hay una oficina información y turismo en el mismo aeropuerto. Allí cogemos un plano y nos indican que para ir al centro se puede coger el suttle bus que te lleva hasta la estación central. Cogemos dos billetes en la máquina ( 5-euros/ticket). Se pueden comprar en el autobús pero cuestan un euro más. Y seguimos la línea amarilla hasta la parada de bus. Una vez allí cogeremos el tren comprando dos tickets a la estación de Cavour tal y como nos ha indicado el dueño del hotel. El viaje en metro es a 1,30-euros en la línea dos y a 1,10-euros en la línea uno. Solamente tienen dos líneas. La línea dos tiene más apariencia de tren y además conecta con varias ciudades. Los agentes del metro nos ayudan amablemente en la máquina. Tras indicarnos por donde ir esperamos unos 10 minutos o más al dichoso tren. El servicio es un poco lento. La línea uno es más ágil. Al llegar es curioso cómo todo el mundo se abalanza literalmente sobre las puertas, corren desesperados. Nos quedamos alucinando y agarrando bien las pertenencias. Llegamos a la parada y vemos el empedrado de las calles. Está todo bastante sucio y vamos recorriendo callejas hasta llegar a nuestro alojamiento. Qué haríamos sin google maps! Esta ciudad es sucia, caótica por el tráfico e irregular en todo el asfalto. Vamos viendo de camino varios altares en varias puertas, esquinas.. Es la ciudad del homenaje a los muertos y a santos y vírgenes, les veneran poniéndoles flores, fotos y dedicándoles un trozo de pared. Tras divisar algún palazzo antiguo llegamos a nuestro destino. Al llegar nos espera en la calle y nos acompaña cuatro pisos sin ascensor. Llegamos derrengados. Nos dice que es un edificio histórico y por ello no permite hacer ese tipo de obras. Esto no lo sabía yo.. Tras darnos mil explicaciones de lo que ver en la ciudad y sus alrededores nos hace una de las mejores recomendaciones del viaje que agradeceremos profundamente. Nos dice de ir a comer en el restaurante Concettina Ai Tre Santi en Vía Arena Alla Sanitá 7 Bis.
Un sitio acogedor donde comeré la mejor pizza que he probado jamás en la vida. Y lo digo tan convencida porque sin duda lo es. Hay que esperar en la calle a que te indiquen para pasar. Al llegar te anotan en la lista que tiene el portero y te va llamando. Por 27-euros comeremos varias especialidades. Pedimos una pizza Margarita que es lo que me recomendó una amiga italiana y creo también he leído en la Lonely Planet. Cuando llegas a Nápoles sin duda hay que pedir la básica de toda la vida. Mi pareja Asier pidió un calzone llamado orraú que es la delicia de la que os hablo. No era pizza, pero estaba buenísimo. Tenía especie de carne guisada, tomate natural, queso parmiggiano y burrata. Esta burrata deshecha parecía nata y la mezcla con la carne era espectacular. Sin duda algo a probar.
De entrante elegimos una especie de pastelito de espaguettis gratinado muy bueno llamado frittatina classica y una especie de hojaldre con jamón y mozzarella.
Pedimos a azar y acertamos sin duda. Para beber cogimos agua y Coca cola que por cierto era menos dulce que en nuestra tierra.
Al lado del restaurante veremos un palazzo llamado Sanfelice y el palazzo dello Spagnuolo. Son antigüos palacetes medio derruidos, bastante viejos y descuidados. Es una pena porque la construcción es preciosa.
Nos ponemos en ruta buscando la parada de metro y de ahí vemos la puerta de San Genaro.
Vemos la iglesia ( chiesa en italiano) de Rosariello alla Pigne.
Nápoles tiene alrededor de 400 iglesias, y visitaremos varias. Andamos bajo e sol por las calles con esos edificios singulares y con ese arte callejero impreso en las persianas de las tiendas.
Llegaremos en un rato al Duomo donde entramos y visitamos la capilla de San Genaro o también llamada del tesoro que está cerrada al público, la capilla de la basílica de santa Restituta está al otro lado y escaleras abajo está la capilla Carafa donde se albergan más huesos del santo.
En primera capilla está el cráneo del santo así como dos botellas con su sangre que al parecer se licúa una serie de veces al año y si esto pasa la ciudad está protegida, sino pasara habrá alguna desgracia. Así ocurrió un año que hubo un gran terremoto. No obstante los científicos dicen se licúa por un proceso químico.
En la parte de fuera tenemos el museo que se puede visitar tras pagar seis euros para ver el tesoro de San Genaro con un busto de bronce, ampollas de plata pero la gran atracción es una mitra decorada con esmeraldas, diamantes y rubíes. Pasamos por la iglesia de San Giorgio Maggiore pero también cerrada. Vamos ahora a San Paolo Maggiore pero está cerrada
y bajamos por San Gregorio Armeno viendo las tiendas de belenes, cuernos rojos de la suerte y souvenirs varios.
Pero sobre todo belenes y da igual la época del año que sea que permanecen allí a expensas de que alguien les compre. La calle es preciosa y vemos una torre rosa que le da un aspecto peculiar.
El convento de San Gregorio Armeno también está cerrado. Nos metemos en algún soportal curioseando tiendas. Pasamos por iglesia San Filippo e Giacomo y entramos.
Seguimos y vemos Iglesia de San Egicio que está cerrada. Vemos la iglesia a continuación de San Nicola en la piazza del Nilo. Allí se encuentra una estátua griega con una escultura de un faraón. La combinación no deja de ser curiosa.
Antes de llegar vemos donde acaba la Via de Purgatorio que si la subes te encontrarás con la famosa figura del arlequín que está por todas partes, en carteles, en souvenirs y hasta le vemos en alguna persona que se gana la vida pidiendo propina para hacerte fotos con él. Es un símbolo de Nápoles, tiene origen en el año 500. No obstante se habla de que la máscara es la contradicción entre muerte y miseria, o habla del hermafroditismo. Realmente es un misterio pero se ha convertido en un preciado souvenir.
En la plaza Nilo veremos el famoso Bar Nilo donde tienen un altar a Maradona, deben de tener hasta un mechón de pelo. Me asomo pero finalmente no entramos. Veremos ahora un palacio o iglesia roja haciendo esquina muy chula y llegamos a la plaza de San Domenico Maggiore donde se encuentra la iglesia con este mismo nombre.
Entro en la misma y me persigue una mujer pidiéndome una donación, hago oídos sordos y visito la iglesia pasando de pagar. Veremos el tremendo obelisco que preside la plaza y que recuerda a un santo que acabó con la peste en 1656 según comentan.
De ahí iremos a la Capilla de San Severo. Se pagan 8-euros para entrar y merece la pena verlo.
Tenemos la estátua del Cristo Velatto que es patrimonio artístico internacional. Esta capilla tiene inspiración masónica y los frescos que se ven en el techo se me quieren asemejar a las de la capilla Sixtina. No dejan indiferente a nadie. Abajo tenemos unas esculturas extrañas de cuerpo humano que no tienen nada que ver con lo anterior. No se permite hacer fotos. Una pena, pero hago de una postal al salir por la tienda.
Pasamos por el Palazzo Carafa della Spina y llegamos a la iglesia de Santa Clara. Vemos como un grupo de monjas se hace fotos junto a un cadáver embalsamado. A continuación vemos la zona trasera pero no entramos en el claustro. Tiene columnas muy chulas pero hay que pagar 6-euros de entrada. Vemos ahora en la plaza de Gesu Novo con otro obelisco donde al parecer suben los bomberos y rinden homenaje dejando flores a la virgen el día de la Inmaculada en Diciembre. Vemos la fachada picuda de la iglesia de Gesu Novo que realmente es la del Palazzo San Severino.
Esta iglesia haría sonrojar al Vaticano tal y como dice mi querida Lonely Planet. Es increíble por dentro! Un barroco recargadísimo y digno de admirar.
Llegamos a la puerta de Alba por la zona trasera ( otro día descubriremos que al final está la parte más bonita) y vemos alguna librería sin llegar a terminar la calle. Nos quedamos contemplando la plaza Bellini donde hay ruinas romanas y donde se supone se reúnen estudiantes y gente de izquierdas.
Tomaremos algo en el primer bar que vemos y nos cobran a 3-euros cada Nestea de marca italiana. Pasearemos por calle Spaccanapoli que según cuentan tiene 3000 años de antigüedad y contemplamos los restaurantes y llegamos a la estátua de bronce donde todo el mundo toca la nariz.
Vemos el Museo dell Opera Pia di S. Maria de Purgatorio con calaberas en la puerta
y pasamos por Via Tribunale donde vemos la entrada a Nápoles Subterránea.
Hay pases diarios a distintas horas y pretendemos hacerlo mañana. Vemos la Chiesa St Nicola y Egido y caminaremos desde el principio del barrio español hacia el Castillo del Ovo.
Según andamos vemos edificios singulares y llegamos a las Galerías de Umberto I muy similares a las de Milán.
El castillo del huevo está cerrado y subiremos por Vía Toledo. Vamos mirando hacia la izquierda debido a que en cada bocacalle hay restaurantes con terrazas fuera y varias guirnaldas que adornan los sitios. Elegimos un restaurante llamado 7 soldi y allí por 18,10-euros tomaremos dos pizzas y agua grande.
No están mal pero nada que ver con el mediodía. Caminamos de vuelta y acabamos reventados.