Qué ver en Estrasburgo
06/12/2019
A esta maravillosa ciudad de cuento llegaremos en dos horas en tren desde Colmar. Al bajar a los andenes nos quedamos fascinadas porque es enorme y según avanzamos nos encontramos con una mezcla de un edificio viejo metido en una burbuja de cristal super moderna.
Tenéis consigna en la estación, no os pase como a nosotras que tuvimos que andar con la maleta hasta la estación de autobuses y darnos la vuelta con las mismas. Tuvimos dos intentos frustrados de dejarlas en hoteles cercanos pero por seguridad no nos permitieron. A la noche nos volvemos en Flix bus a Basilea y de ahí volamos a Burdeos de regreso. ( taxi a la estación de bus desde la de tren 12,5-euros).
Cerca de la estación de autobuses divisamos de lejos el palacio de la música y danza. Tenemos poco tiempo y nos asomaremos al río Ill afluente del Rin. Las vistas de los puentes que circundan la ciudad son evocadoras.
Las verjas alrededor están llenas de bicicletas y recuerda un poco a Amsterdam. Vemos el edificio del museo Histórico de la ciudad.
Cruzaremos por un puente donde hay una cola terrible, al parecer hacen controles antiterrorismo y registran mochilas, bolsos.. Estamos cansadas de ir con las maletas encima y nos aprieta el hambre y la sed. Leire decide sentarse a tomar un vino caliente (2,5-euros) y le dejo con las maletas para echar un vistazo a la zona de mientras. Estamos en la plaza Aux Cochons de lait. Allí hay una casa espectacularmente decorada con osos de peluche. Algo increíble y digno de admirar.
Vuelvo a contárselo a mi compi de viaje y me siento con ella. Compraremos en un puesto de enfrente un gratine y un spatzle (comidas típicas de la zona que son una tosta gratinada de queso y pasta con bacon, besamel y queso). Está bastante rico y de ahí ya con las pilas cargadas recorremos Rue des Tailleurs de Pierre donde se encuentran esas casas tan llenas de decoración navideña que sorprende a todos los viandantes.
Llegamos a la catedral entre la multitud y admiramos esa obra arquitectónica cuyo interior alberga un reloj astronómico.
Allí se encuentra también el palacio Rohan.
Cogeremos el tranvía (1,90-euros/persona) para Parq du Nord y en Gare Station nos bajamos a dejar las dichosas maletas. Pagamos 8-euros de consigna por 4 horas aproximadamente. Regresamos a la Petite France en el bus 15 con el mismo billete de tranvía que por error no habíamos validado y así lo aprovechamos dos veces.
Paseamos la zona que está catalogada como Patrimonio de la Humanidad viendo los diferentes puntos de interés, mi intención es llegar a la plaza Benjamin Ziza, y allí ver la casa de los curtidores ( Maison des Tanneurs). Pasamos por la iglesia de St. Thomas.
No nos podemos dejar de ver la Rue des Moulins, la Rue du Bain aux plantes, el Pont du Faisan y el Pont Saint Martin… Hay varios puentes y callejuelas a descubrir.
Vamos hacia la presa Vauban y sacamos fotos de la antigua aduana. Vemos también la casa del medio de la llamada Gran Isla donde están los torreones de los puentes cubiertos.
Anochece y tras comernos un creppe en un mercadito (4,50/unidad) nos dirigimos a la Place de la Grande Boucherie donde admiramos de noche los adornos que rodean esta zona que hemos visitado previamente.
Vamos por la Rue Merciére y llegamos a la catedral.
Si de día impresiona de noche mucho más. Los mercadillos de navidad hacen que la gente salga a la calle y se concentre en los mismos sitios. Puede llegar a ser un poco agobiante.
Oteamos alguna tienda de los alrededores donde puedes comprar gorros de lana, cintas de pelo, guantes a buenos precios (algo cae). Nos dirigimos con paso muy lento por la multitud hacia otra calle llamada Rue des Orfevres donde alucinamos porque de repente parece se ha hecho de día por la iluminación que tiene. Le llaman la Carre d Òr.
Allí veremos entre codazos la Maison de Hanssen y Gretel, una tienda hermosamente decorada y pasearemos con un poco de agobia hacia el final. Decidimos volver ya hacia la estación en búsqueda de nuestro equipaje y vemos de lejos el edificio del Palacio del Rin en la plaza de la República.
Cogemos el tranvía de vuelta y vemos el árbol grandísimo de la plaza Kleber. Esta es una zona comercial donde están los grandes almacenes de Lafayette así como otras tiendas enormes, no hemos parado por falta de tiempo… Volvemos a la plaza Etoile donde está el flix Bus que nos llevará a dormir a Basilea en dos horas.
Nos han quedado sitios por ver pero para las pocas horas que teníamos puedo asegurar nos ha cundido muchísimo!! Nos faltó la plaza Gutenberg, la plaza Broglie donde están el ayuntamiento y la ópera, la zona del parlamento Europeo..