Qué ver en Wicklow y Glendalough
13/03/2007
Nos levantamos pronto y vamos al dark ( tren de cercanías), la estación es la de Connelly. Cogemos dirección Bray. Hemos decidido visitar el sureste de la isla. Nos habían recomendado el norte pero la idea es ir a ver Wicklow y a Glendalough. Hemos desayunado en el albergue y el desayuno es pasable. En el tren nos comemos unas mandarinas mientras contemplamos el paisaje. Tras llegar a Bray caminamos hasta la oficina de turismo y una señora nos explica muy bien y nos da un mapa para que demos un paseo por la playa y hagamos la visita. Nos recomienda coger una excursión directa a Glendalough que pasa por Wiclock. Dice que Wiclock es un pueblo sin mucho interés así que nos vamos de momento a la playa que vemos es de rocas. Paseamos durante dos horas y luego intentamos volver pero no encontrábamos el camino de vuelta. Finalmente llegamos a la calle principal y vemos la iglesia y un edificio muy bonito que para nuestra sorpresa es el Mc Donalds. Preguntamos por la parada a Glendalough y tras coger el bus llegamos y vemos unas ruinas de una ciudad monacal muy antigua y ahí están los restos de St. Nicholas.
Vemos senderos, rutas para hacer a pie por este parque nacional.
Menos mal que llevamos almuerzo, hemos visitado la ciudad, las lápidas de la iglesia de St. Nicholas, la cascada y los lagos Down lake y Upper lake.
Hay unas vistas maravillosas, hemos subido bastante a la montaña y nos hemos parado a comer en un tronco contemplando uno de los lagos. El tiempo es extraño, de repente llueve y de repente sale el sol. Nos acercamos a un chiringuito a tomar un hot chocolate y descansamos en una mesa hasta que viene el bus.
Finalizamos el día con una sesión de shopping intensivo por Dublin y algún pote en el Temple. Nos traemos los típicos recuerdos como gorros de Leprechaun, toffees, camisetas, chocolatinas, imanes de nevera, tazas.. Dejamos todo en el albergue y nos volvemos al Temple. Queremos ir al pub más antiguo de Dublin llamado Brazen Head. Nos pedimos un zumo de piña y escuchamos un grupo de música cuyos componentes rondan la edad media de 55 años. Cantan una canción que pone los pelos de punta, hasta me emociono. Esta es una experiencia que recomiendo a todo el mundo, el ambiente de Irlanda es superior. Todas las mesas de madera con gente hablando en inglés, bebiendo Guinnes y mirando hacia el grupo musical. Tocan la guitarra, tambor, flauta, violín, acordeón.. Este pub se encuentra más allá de Four Courts pero ha merecido la pena sin duda. Después de varias canciones nos dirijimos a St. Patrick ( el bar del primer día) y comemos unos nuggets, una pizza en un fish and chips donde hemos merendado esta tarde. Todo el día en un pienso. Nos vamos a escuchar el concierto y entablan conversación con nosotras. Hay un chico que amablemente nos acompaña a coger el bus para ir al aeropuerto. Es un chico que mientras bebía y sonreía ha dibujado a Iratxe en su libreta. Nos dice que le contemos una historia para que incluya en su novela con los dibujos. Un tipo peculiar!
Nos vamos al albergue, cogemos las maletas y nos vamos a la parada. De repente nos para un taxi y nos cobrará dice 7-euros por llevarnos, el mismo precio del bus. Así que con esa suerte nos ponemos rumbo al aeropuerto y nos despedimos de Irlanda. En otro viaje me gustaría ver Ring of Kerry, Kylemore Abbey, Howth, Belfast, Calzada de los gigantes y Cork.
Han sidos tres días intensos y hemos dormido poco pero el viaje estupendo. Es una ciudad entrañable, bonita de noche y de día y gente super amable. Nos quedamos con el ambiente de los pubs, la gente bailando y cantando y con ese pequeño duende que se aloja en el cuerpo aunque estés fatigado. Leprechaun quizás..